Sr. Director: "Una celebración de la fe y el perdón". Así definía el superior general de los claretianos la beatificación que tuvo lugar pasado día 21 en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona. Son 109 mártires de Cataluña y de otras partes de España que entregaron su vida por fidelidad al Evangelio, sin un ápice de odio y perdonando a sus verdugos. Murieron la práctica totalidad en los últimos meses de 1936, tiempos convulsos en Cataluña. Pero su causa era la de Jesús, no las de uno de los bandos políticos enfrentados en la guerra civil. Su congregación les recordó con el lema "Misioneros hasta el fin". Es un modo de resaltar que su sacrificio fue una forma suprema de testimonio. Porque lo que hicieron estos mártires fue poner su vida como prueba de su confianza en Dios, dando razones para la esperanza en un momento oscuro de la historia de España. Lluis Esquena