Sr. Director: Me resulta difícil entender la obsesión enfermiza de la sanidad pública de Cataluña por marginar el español. Vivo en el litoral de Tarragona en una zona donde la mayoría de ciudadanos tenemos como lengua propia el castellano pero nos es imposible conseguir en castellano algo tan elemental como un mero impreso de receta, un simple comprobante de visita médica, instrucciones para un análisis, un rutinario informe médico o cualquier información o servicio ofrecido en la página web. Todo está única y exclusivamente en catalán. ¿Es lógico que un servicio público y tan básico como la sanidad excluya la lengua de la mayoría de ciudadanos? ¿Es normal que se arrincone el español en los ambulatorios, más aún cuando es la lengua de muchos de los que nos visitan en esta zona turística de Tarragona? Me da la impresión que a algunos políticos les sobra nacionalismo y les falta un mínimo sentido común y voluntad de servicio a la ciudadanía. Carmen B. Fernández