Sr. Director: Tras la propuesta de unas elecciones constituyentes, imposibles, con las que Cataluña funcionaría como un Estado independiente, se nota que Puigdemont necesita unas nuevas elecciones, las enésimas, porque no cuenta con una mayoría suficiente para gobernar. Las puede llamar como quiera. De hecho es un fenómeno habitual que el independentismo recurra al nominalismo institucional. Unos nuevos comicios no serían constituyentes, por mucho que así los llame. Lo razonable sería volver al punto de partida, plantear una serie de reivindicaciones que sean asumibles por el Estado. Para eso hace falta, al otro lado de la mesa, un Gobierno que no esté en funciones. Un Gobierno que pueda hacer cumplir la ley, y a la vez, buscar soluciones políticas que puedan desatascar la situación y no dejen ganar terreno a los independentistas. Jesús Martínez