Sr. Director: La historia de las víctimas del terrorismo etarra debe ser contada, escrita y conocida. Es parte de la reparación debida a quienes fueron extorsionados, perseguidos, y en demasiados casos, asesinados. Confebask, la Confederación empresarial vasca ha decidido homenajear a una parte importante de esas víctimas. Los empresarios vascos vivieron durante decenios entre el miedo y la extorsión. El mal llamado impuesto revolucionario fue la sentencia de muerte que ETA les mandaba por correo o mediante intermediarios para exigirles la financiación de sus acciones criminales. Muchos resistieron, otros abandonaron su tierra, otros vendieron sus negocios… pero todos padecieron, además de la extorsión, la soledad y el estigma social. Suso D.