Sr. Director: Aunque la Navidad es noche de paz cada año, algunos intentan convertirla en motivo de discordia. Unos se niegan a poner en la escuela pública un belén que conmemora el nacimiento de Jesucristo, un importante hecho religioso, cultural y artístico de nuestra sociedad. Y se escudan en que la celebración de la Navidad podría herir los sentimientos de los musulmanes, pero resulta que la Federación Islámica ha dicho que son bienvenidos los belenes en los colegios y espacios públicos, porque también ellos respetan a Jesús. La polémica procede por tanto del laicismo que utiliza a los musulmanes como pretexto, y ahora resulta que ese laicismo sí establece fronteras entre los ciudadanos, creando división donde había unidad, y discordia donde había concordia. Es el fruto amargo de una ideología antirreligiosa, nada neutral, que acusa precisamente a las religiones monoteístas de dividir a los pueblos. Jesús Domingo