Sr. Director: El Tribunal Supremo ha archivado la querella presentada por la Asociación Unión de Oficiales de la Guardia Civil Profesional contra el diputado de IU Alberto Garzón por un supuesto delito de injurias graves al Gobierno y a la Guardia Civil. La Fiscalía había solicitado la inadmisión de la querella. ¡Ah la idolatrada Libertad de expresión! Un eminente profesor de Derecho Constitucional, de cuyo nombre no quiero acordarme, ha llegado a decir que la Libertad de expresión es ilimitada. Y claro con esa premisa en nuestra sociedad actual se puede difamar, calumniar e incluso hacer acusaciones públicas graves, contra personas e instituciones sin las correspondientes consecuencias. Y en otro orden de cosas se pueden hacer sentadas, manifestaciones ilegales, o con consecuencias posteriores de desórdenes públicos, quema de contenedores… etc. Todo ello en aras de la idolatrada y mágica "Libertad de expresión" Y así se produce una corrupción, pestilente y fétida, mucho mayor que la económica de la que ponemos el grito en el cielo, de una forma hipócrita que no tiene nombre. Y es que sucede que los hombres somos limitados, y por tanto todo lo que hagamos, pensemos, o sintamos tiene límites. El ejercicio de la  libertad o los actos que hago en nombre de ella, se terminan en el momento en que pueda conculcar con ellos la libertad de otra persona. Y en consecuencia la libertad de expresión también es limitada. "no deben penalizarse 'los numerosos excesos retóricos de los mítines electorales" (del auto del TS). Ahora resulta que se puede acusar de inducir al asesinato al mismísimo Gobierno y de ejecutores del  mismo a la Guardia Civil, sin ninguna consecuencia. Todo porque se dijo en un mitin político, por "un político", con el fin de hacer daño a la fama y honorabilidad de las personas que forman el Gobierno, o las fuerzas de seguridad a la que se las acusa tan gravemente.  Para empezar señores del Tribunal  Supremo si no me equivoco eso es difamar, calumniar, e injuriar y no vale el eximente de "exceso verbal con fines políticos".  Esos "excesos retóricos", son acusaciones concretas con el objeto de hacer daño y el penalizarlos-la pena es la que habría que determinar- no tiene nada que ver con la libertad de expresión e información. Salvo que la acusación sea cierta y probada y entonces a quien habría que juzgar es a las personas del gobierno o de las fuerzas de seguridad a las que se acusa públicamente. Hoy día si a alguien se le ocurre lanzar un grito, en un campo de futbol, que se considere racista o degradante para la persona a la que se insulta, la ley cae sobre ella con toda su crudeza. ¿Dónde está en este caso el eximente de la libertad de expresión? Cada vez se va rebajando la categoría de ciertas formas o valores, y no darle relevancia a hechos o palabras que parecen pequeñas cosas y que no tienen importancia. ¡Bueno es que es un exceso verbal! ¡Es que se le calentó la boca! Esto va minando, la educación, el no saber dominar adecuadamente los sentimientos, las pasiones, el saber estar o hacer, el respetarnos unos a otros. Y la sociedad acaba en una corrupción generalizada. Un político que no sabe competir con su adversario con el talento, la inteligencia, la oratoria y la educación para exponer sus argumentos, no vale para político y menos para gobernante. Que se dedique a otra cosa y no permitirle que se escude en la "Libertad de expresión" El malestar de la asociación de Guardias Civiles, Señores de Supremo,  no pide su "compresión", pide Justicia. Que es la que ustedes, que aunque acate su decisión, y me expreso libremente, en mi opinión, no han aplicado. J. R. Pablos