Sr. Director: A propósito de la operación judicial sobre el tema de corrupción que se está llevando a cabo en Madrid, conviene volver la atención a lo que los obispos españoles dijeron sobre la corrupción en el reciente documento "Iglesia, servidora de los pobres". En él recuerdan que las prácticas corruptas "derivadas de la codicia financiera y de la avaricia personal, quiebran gravemente la solidaridad y siembran la desconfianza social". Es por tanto necesaria, recuerdan nuestros obispos, "una verdadera regeneración moral a nivel personal y social, y un mayor aprecio por el bien común, que sea verdadero soporte para la solidaridad con los más pobres y favorezca la auténtica cohesión social". Esa regeneración debe "nacer de las virtudes morales y sociales, y se fortalece con la fe en Dios y la visión trascendente de la existencia". La sociedad española no ganará la batalla contra la corrupción sin recuperar ese tejido de virtudes, que necesita alimentarse de nuestra mejor tradición cultural y espiritual. Jesús Domingo