Sr. Director: Me pregunto qué podemos hacer las personas decentes, trabajadoras, honradas que nos hemos visto saqueados, en el sentido más vil del término, por un sistema que nos ha tratado como idiotas, chivos expiatorios y humillado en general, ante esta situación. Lamento que sea un capítulo más de la corrupción endémica del sistema, que parece estar podrido por todas partes. Una vez que sacan a Dios a patadas de la vida pública y que consiguen silenciar a nuestros Pastores en la Fe o, en el mejor de los casos, dejar su voz confinada a las sacristías sin que griten cuando algún obispo valiente es llevado a los tribunales o linchado en la vida pública por los liberales, la izquierda y la extrema izquierda; todo es posible y las esperanzas se ven reducidas a lo mínimo. La noticia de la rentabilidad del Santander para 2020 muestra claramente que esto es una tomadura de pelo y robo descarado, pero lo peor es que llueve sobre mojado. Hay preferentistas que convirtieron su capital a bonos o acciones y que han confiado en el banco, en el gobierno, en el Banco de España y ahora se encuentran con que supuestamente no vale nada. Realmente sí va, y la prueba está en que solo faltaba el respaldo de liquidez para que el proyecto del Popular pueda seguir subsistiendo. Han dejado caer el valor de la acción y sembrado el pánico con la retirada de depósitos de los grandes. Se han quedado con un banco solvente (en palabras de Mº Draghi y avalado por todos los informes hasta la fecha) que lo han liquidado a 0 € para bonistas y accionistas, cuando hace poco decían que valía hasta más de 1,15€ como valor objetivo. Por ello es un gran negocio para el banco Santander. Nos han quitado el Banco Popular a los accionistas. Esto va en la línea de lo ocurrido en otros tiempos con el Santander. Me pregunto sobre qué poderes están detrás para favorecer de esta forma acciones o hechos como éstos, que a todas luces son inaceptables. Me han decepcionado. Nunca creí que llegaran tan lejos y que se realizara algo así en la época en que estamos. Creo que es un episodio más de la corrupción a que nos tiene acostumbrados la clase dirigente, este liberalismo atroz y sin el menor escrúpulo que está dinamitando el sistema. Confío en que, si Dios quiere, se desenmascaren a los culpables y se devuelva el valor a tantas personas (jubilados, mayores, ahorradores, padres de familia, etc.) que tenían unos ahorros invertidos y que de la noche (en sentido literal por la nocturnidad del hecho) a la mañana se ven sin nada. Gracias y sigan tan leales a la Verdad. Alejandro de Vicente