Sr. Director: Me parece lamentable la actitud del gobierno catalán recurriendo judicialmente contra un triste 25% de clases en español que han solicitado algunos padres. ¿Qué grave daño pedagógico puede representar para un niño tener la posibilidad de aprender un 25% de sus asignaturas en una lengua hablada por más de 400 millones de personas en todo el mundo y que necesitará en su futuro profesional? ¿Qué perjuicio psicológico puede representar poder aprender un mísero 25% en la lengua que habla la mitad de la sociedad donde convive el alumno? Me pregunto por qué tal grado de intolerancia del nacionalismo catalán. ¿Por qué no pueden convivir en nuestras escuelas nuestros dos idiomas (o incluso tres, con el inglés) como lenguas vehiculares de enseñanza? La cruzada monolingüe del gobierno catalán, basada en imponernos una única lengua vehicular huele a pasado y lo único que consigue es perjudicar a nuestros hijos. María Caro