Sr. Director: El viaje del Papa a México no es político. Es cierto. Pero la Fe cristiana tiene una dimensión social que es ineludible. Y eso habrá de sentirse cuando el Francisco viaje al centro de la pobreza urbana en la ciudad de Ecatepec (acaba de hacerlo), cuando se encuentre con los indígenas de Chiapas, pobres y marginados, cuando visite Ciudad Juárez y enfrente el horror del tráfico ilegal de personas que azota el país o cuando en Michoacán se adentre en tierra dominada por el narco. Francisco sabe a dónde ha ido. Lleva el testimonio y la presencia de Jesucristo, la única que puede sanar las heridas profundas del hombre. Por eso los mexicanos, especialmente los más pobres y necesitados, están de fiesta. Suso do Madrid