Sr. Director: Curiosamente, el propio diario publicaba (Le Monde) dos días después una tribuna con el título: 'El coche eléctrico no resuelve los problemas de contaminación, los desplaza'. Dos investigadores de la Escuela de Economía de Toulouse, Stefan Ambec y Claude Crampes, presentan los resultados de estudios estadounidenses recientes: el cambio a motores eléctricos empeorará los efectos sobre la salud en las zonas rurales, aunque los disminuya en los núcleos urbanos más poblados. La idea central es que, con los motores de combustión, la contaminación se localiza en los lugares donde se la consume; el motor eléctrico traslada el origen de la polución atmosférica a los sitios donde se produce. Para evaluar el impacto de los autos eléctricos en la calidad del aire en Estados Unidos, un equipo de economistas estudió las emisiones por milla de un automóvil de gasolina, y la energía consumida por un coche eléctrico del mismo modelo para recorrer la misma distancia. A continuación, calcularon las emisiones contaminantes de las centrales térmicas correspondientes al consumo de una milla. Establecieron así el costo social de la contaminación en dólares por milla en cada condado americano. Puede reducirse en las grandes ciudades, como Nueva York (3,16 centavos), Chicago (2,98), Los Ángeles (3,85). En cambio, en los condados rurales el costo social es bajo, con un promedio de 1,2 centavos. El paso al eléctrico aumenta en tres centavos de promedio. En definitiva, la cuestión se traslada al modo más o menos limpio de producir electricidad. En todo caso, difícil será avanzar a escala universal en ausencia de Estados Unidos. En una entrevista de la CBS a Macron, se refirió a su "responsabilidad ante la historia" en términos esperanzados: "Estoy bastante seguro de que mi amigo el presidente Trump cambiará de opinión en los meses o años venideros". El jefe del estado francés ha demostrado hasta ahora que su proverbial optimismo es más realista de lo que parece a primera vista. Veremos. Jesús Domar