Sr. Director: La elección de Forcadell como presidenta del parlamento catalán no es una buena noticia. En las democracias avanzadas de Europa se suele situar en la presidencia de la institución parlamentaria a una figura de consenso y moderación, que facilite el entendimiento y la consecución de acuerdos y pactos entre el gobierno y la oposición. Pero en Cataluña se ha hecho justo lo contrario: se ha elegido a alguien situado en la radicalidad en las formas y en el fondo. Por ejemplo, Forcadell ha declarado que C's y PP "no forman parte del pueblo catalán", lo cual es un desprecio a más de un millón de catalanes y que le debería haber deslegitimado para presidir una institución que es de todos. Mas y compañía, con la elección de Forcadell, no apuestan por el entendimiento sino por el enfrentamiento y la radicalización. Malos augurios para Cataluña. María Caro