Sr. Director: Se acaban de cumplir 40 años desde que Arias Navarro, con voz compungida, anunciara por televisión la -triste para algunos, alegre para muchos- noticia de que el dictador Francisco Franco acababa de fallecer. Recuerdo que los días y meses posteriores a este suceso transcurrieron con enorme tensión. El clima era tan denso que casi se podía cortar con un cuchillo. Mi padre decía que se avecinaba otra guerra civil. Y el tiempo casi le da la razón. Los militares adeptos al régimen franquista se defendieron con uñas y dientes y un golpe de estado. Nos costó Dios y ayuda a los españoles poder instaurar la democracia que ahora tenemos. A veces me pregunto qué hubiera pasado si Franco no hubiera ganado la guerra en el 39. Y solo se me ocurren dos opciones: o nos hubiera absorbido la URSS y ahora seríamos el hermano pobre de Cuba, o Hitler nos hubiera invadido y ahora seríamos el país más pobre de Europa. Lo que intento decir es que afortunadamente el veleidoso destino quiso ponernos donde estamos. Porque no sabría decir en qué época se cometieron más atrocidades: si en la Segunda República o cuando Franco gobernó. Jon García Rodríguez