Sr. Director: El éxodo de los cristianos árabes empezó hace más de un siglo y medio provocado por las matanzas entre los miembros de las diferentes comunidades religiosas y por la limpieza étnica emprendida por los turcos otomanos. Los años 1840 y 1860 marcan en el actual Líbano, inexistente entonces, el inicio de este éxodo. Durante los siglos XVI y XVII los drusos, etnia que profesa una religión sincrética con elementos gnósticos, neoplatónicos, judíos, cristianos e islámicos, eran los soberanos de la montaña libanesa bajo la supervisión de la autoridad otomana. La Iglesia maronita comenzó a extender en ese momento su soberanía por las tierras drusas alcanzando su punto álgido en 1840. Los drusos respondieron a ese dominio con violentas masacres contra los maronitas. El gobierno otomano, para acabar con el conflicto y aconsejado por las potencias europeas, dividió el Monte Líbano en dos unidades administrativas: una maronita y otra drusa. Los maronitas, como respuesta, fomentaron una sublevación popular y sangrienta en la que los drusos fueron las principales víctimas. Donde solo existía una nación se crearon dos enemigas. La situación se recrudeció en 1860 cuando los drusos incendiaron pueblos e iglesias protegidos por el doble juego de la Sublime Puerta, que, por un lado, ofrecía protección a los maronitas, mientras por otro los entregaba a los drusos. Bajo la responsabilidad de los musulmanes sunitas se llevó a cabo una operación de limpieza étnica en toda regla y se inició un movimiento migratorio que todavía no ha remitido. Los cristianos huyeron hacia Estados Unidos, Brasil, todo el continente americano y Australia. La cantante colombiana Shakira y la actriz mexicana Salma Hayek, ambas de ascendencia libanesa por parte paterna, o la reina Noor de Jordania, de soltera Elisabeth Najeeb Halaby y de familia siro-ortodoxa asentada en Estados Unidos, son continuadoras modernas, del inicial movimiento migratorio. J.D. Mez