Sr. Director: El Tribunal Constitucional acaba de rehabilitar al Juez Francisco Serrano en la carrera judicial, anulando la sentencia que le condenó a diez años de inhabilitación por el célebre y manoseado caso del «niño nazareno», sucedido en la Semana Santa del 2010. Esta rehabilitación, no sólo constituye una excelente noticia personal para Serrano y para la judicatura, al recuperar a un hombre de su talla, sino que además supone una derrota para el poderoso lobby de feministas ultrarradicales que tanto empeño puso en expulsar al -ya de nuevo- juez de su profesión. Y esto último resulta también trascendente porque a lo mejor sirve para inyectar ánimos a quienes todavía son capaces de enfrentarse a un lobby tan rabiosamente demoledor como sectario. Miguel Ángel Loma Pérez