Sr. Director: Con la Fiesta del Bautismo de Jesús (día 7), terminaron las Navidades. Quedan el eco de los regalos y de las cabalgatas de Reyes. Maravilloso el relato que hace el evangelista San Mateo sobre la visita de los "magos" (quizá, astrónomos de Babilonia) que se presentaron en Belén en busca del recién nacido "Rey de los judíos", expresión pagana sobre Jesucristo. Se trata de la segunda Epifanía o manifestación pública del Señor: la primera,  a pastores de Belén; después, a gentiles, porque  Jesús nació para todos, para los israelitas y  para los gentiles;  la tercera, en el Jordán, presentado por el Padre y el Espíritu Santo. Mateo hace un relato histórico: señala el cuándo y el dónde; en tiempos del Rey Herodes ( el Grande) y vienen a Jerusalén desde el Oriente. La tradición de reyes y camellos en el Portal de Belén, se debe al  Salmo 72, 10 y a  las palabras del profeta Isaías (nº 60). Los magos vieron salir una estrella fulgurante cual ninguna. Al verla, recordarían la profecía de  Balaán,  vidente pagano, extendida fuera de Israel: "Lo veo, pero no es ahora; lo contemplo, pero no será pronto: Avanza una estrella de Jacob, y surge un cetro de Israel…" (Núm 24, 17).  Inspirados por el Espíritu de Dios, se sintieron movidos a ir a adorarle. Dios maneja el Cosmos, y se valdría, quizá, de la explosión de luz de una supernova que estallaría simultánea a la conjunción de los planetas Júpiter y Saturno, ocurrida   seis o siete  años antes del cómputo actual del nacimiento de Cristo, que fue por entonces. Se piensa que serían tres porque tres fueron los regalos simbólicos que le llevaron al Niño: incienso, como a Dios; oro, como a  Rey; mirra, porque era, también, hombre, y esta sustancia presagia la muerte. Divinidad, Realeza y Sufrimiento. Jesús es el Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Es  Rey que no domina por la fuerza: se le rinden los corazones durante siglos ante lo sobrecogedor de su amor tan generoso que siempre ama,  tan misericordioso que  siempre está dispuesto a perdonar. En su sepultura, no necesitó  mirra, porque resucitó al tercer día y está vivo. Dos de los grandes estudiosos del tema de los Magos de Oriente, son el sacerdote católico Dwight Longenecker, procedente del anglicanismo, y el Papa sabio Benedicto XVI (libro: La Infancia de Jesús) . Por favor, respeten, los políticos de cualquier signo, nuestras tradiciones culturales y religiosas. No quieran  convertir lo sagrado, con cabalgatas extravagantes, en un carnaval. Es abuso imperdonable de autoridad. Josefa Romo