Sr. Director: El obispo de Sigüenza-Guadalajara, el asturiano monseñor Atilano, hombre humilde y prudente ha coincidido con el socialista y Presidente de Castilla la Mancha Emiliano, en el catedral de Sigüenza para inaugurar A Tempora, uno de los acontecimientos culturales  más impactantes que se puede contemplar en este año 2016 con motivo del IV Centenario de la muerte de Cervantes. Aprovechando  además,  el pendón inglés arrancado de la mano del terror de los mares, sir Drake, quien con sus fechorías, robos, ataques, hundimientos de  barcos españoles cargados de oro y plata y venidos del otro lado del Mar Océano, inició el poder de la patria de Shakespeare sobre los mares a costa principalmente de España. La diócesis de Sigüenza-Guadalajara tiene un gran bendición con su obispo Atilano, un clérigo curtido en mil batallas, nacido en la antigua Asturias roja, minera y dinamitera, a quien no asustan ni las reivindicaciones, ni las huelgas, ni los intentos del PSOE  de cercenar la libertad de enseñanza, atosigar la enseñanza concertada y marginar la asignatura de la Religión tan asignatura como la Aritmética o la Física Nuclear, aunque una sea  ciencia del Espíritu y los otras de la Naturaleza, como pretende el PSOE apoyado en la muleta de Podemos. En el discurso de presentación del gran acontecimiento A Tempora el Presidente  Castellano Manchego se mostró como muy receptivo al hecho cultural  interpretado según el prejuicio marxista y materialista como una fuente de recaudar dinero  y no como valor en sí mismo. El gran acontecimiento de la Catedral demuestra una vez que en la cultura española, la gran cultura de los Siglos de Oro, la de los grandiosos tapices, la de Cervantes, Garcilaso de la Vega,  el Greco, la del Descubrimiento y Culturización  que como diría el gran Rubén Darío -cuyo primer centenario está silenciado- de la América que aún cree en Jesucristo y habla en español, el Catolicismo ha sido el que ha dado sentido a todo lo que el visitante de la magna y plural exposición A Tempora puede contemplar en la Ciudad del Doncel, gracias a la generosidad y disponibilidad de la Iglesia Católica, siempre defensora de la ciencia y de la cultura, aunque algunos alardeen de  sectarismo e ignorancia dando por buenas las mentiras de la Leyenda contra la España de Felipe II, que Antonio Pérez, el secretario traidor, escribió en Londres. Doña Ana de Mendoza, tan unida al Carmelo  a pesar de sus desencuentros con Santa Teresa en la fundación imposible del Carmelo femenino de Pastrana y princesa de Éboli fue una de las víctimas del  nefasto secretario. Fidel García