Ana Julia Quezada, la presunta asesina de Gabriel, llegó a España desde la República Dominicana para trabajar en un club de alterne. Todo el mundo puede redimirse pero las cosas no pasan porque sí. Luego tuvo dos hijos con un camionero y uno de ellos se despeñó desde la ventana de su hogar. El caso se ha reabierto, no vaya a ser que no se tratara de un descuido. Ahora, la señora Quezada se ha pasado días haciendo sufrir a los padres de Gabriel y desviando la atención de los investigadores. Y mientras, en el Congreso, PSOE, Podemos y PNV insisten en enfrentarse a la prisión permanente revisable pues lo consideran una medida de derechas porque "no se puede legislar en caliente". Ni tampoco con esa frialdad. Hispanidad redaccion@hispanidad.com