El artículo de Fernando del Pino sobre lo que nos quita Hacienda, vía impuestos para financiar el Estado del Bienestar, tiene su enjundia. En efecto, esto amenaza con convertirnos en súbditos de un Estado despótico y burocrático. Muy cierto. Merece la pena una lectura no apresurada. Ahora bien, el 'abajo-firmante' es miembro de la familia Del Pino, grandes propietarios de una gran empresa. Y, en este sentido, una gran empresa, los mercados financieros donde desarrollan  su actividad funcionan de forma casi tan coercitiva como el Estado, aunque no disponen del BOE. Quiere decir que la diferencia no es entre capitalismo  y socialismo sino entre lo grande y lo pequeño. El Estado no es malo porque sea público sino porque es grande, la multinacional más grande de todas. El Estado, los políticos, abusan de los ciudadanos de la misma forma que la gran empresa abusa de la pequeña propiedad, de la familia, de la pyme, de sus clientes, de sus trabajadores y hasta de los pequeños accionistas. El Estado es más coercitivo que la multinacional, ciertamente, pero también es verdad que posee más controles para no excederse que una gran multinacional. Hispanidad redaccion@hispanidad.com