La izquierda está en regresión pero ha conseguido trasmitir sus mandamientos a la derecha. Por ejemplo, la manía socialdemócrata se basa en la curiosa creencia de que el dinero público es dinero de todos, alarde de generosidad y que a todos beneficia.  

Tampoco es cierto, como aseguran algunos liberales, que el dinero público no exista. Ya lo creo que existe: el dinero público no es sino el dinero privado, el nuestro, que donamos -a la fuerza- a nuestros políticos para que nos lo mangoneen a su gusto.

En cualquier caso, los Presupuestos Generales del Estado para 2018 son presupuestos socialdemócratas. A nadie, desde luego no al PP ni a Ciudadanos, se le ocurre que el Estado pueda reducir sus onerosas prestaciones y a nosotros reducirnos los impuestos. No existe, propiedad privada en la política española, y sin propiedad privada tampoco pidan responsabilidad individual.