Los musulmanes tienen que meterse en la cabeza que la guerra no es una cuestión de familia.

Si llevas a una manifestación que comporta el intento de violar una frontera de un país fuertemente armado, no lleves a tus niños, ni a tus mujeres, ni a tus ancianos. Vete tú y arriésgate tú. Es más: tu obligación es alejarlos de cualquier zona de peligro.

¿Qué hacía un bebé palestino de ocho meses en esa peligrosa algarada? Es el más inocente de todos los muertos el pasado lunes negro.