No sin mujeres, no sin ancianos, no sin ricos, no sin negros, no sin calvos... Como decía Borges de los peronistas, “no son buenos ni malos: son incorregibles”. El feminismo es incorregible... y muy ridículo.

Por las mismas, deberíamos prohibir los debates donde no participaran ancianos, o jóvenes, o calvos, o pobres, o melenudos, o negros, o chinos.

Si no puede haber debates sin mujeres a lo mejor nos ahorramos muchos debates. Tampoco pasaría nada

Decía el poeta Gerardo Diego que “para ir al Calvario cítame en Getsemaní”. Con ello advertía de que el sacrificio del Redentor se inicia en el Huerto de los Olivos, con la decisión de aceptar el cáliz. Como recuerdan los místicos, Cristo padeció dos Pasiones: en Getsemaní y en el Gólgota. Lo importante es respetar la excelsa dignidad de la mujer… que poco tiene que ver con la regla de medir cuántas mujeres participan en cada y en qué cosa. Entre otras cosas, porque hay cosas en que la mujer no quiere participar. La dignidad de la mujer no procede de ser igual al hombre sino de ser distinta. 

La dignidad de la mujer no procede de ser igual al hombre sino de ser distinta

Y las cuotas no suponen respeto alguno a la mujer. El respeto viene antes del Calvario, está en Getsemaní.

No sin mujeres, no sin calvos que a este servidor le queda poco pelo.