Espléndido artículo en Religión en Libertad sobre el recientemente fallecido astrofísico Stephen Hawking. Yo lo resumiría así: la ciencia no puede explicar el mundo: ni su origen ni su destino. Y tampoco puede explicarla el hombre. Y ni la química, ni la física y el universo juntos, representan ni una milésima parte de la realidad, ni un centésima parte del hombre. Al final, que en paz descanse el mayor entusiasta de la teoría del todo para huir de la nada. ¿Y por qué le aterraba la nada? Porque era un tipo inteligente. Pero la respuesta ante la nada no puede consistir en la triste autosuficiencia de la desesperación. No existe vida después de la muerte. Pero eso no se puede demostrar científicamente, ¿verdad? Hispanidad redacción@hispanidad.com