Dicen los psicólogos -casi todos locos, pero algunos no- que para conocer a alguien a través de su retrato hay que taparle un ojo.

Otro truco consiste en reducir el rostro a su expresión: sólo los rasgos distintivos de su cara. 

Y entonces te encuentras con este Emmanuel ‘Lolito’ Macron. Y esa expresión resultante… no necesita comentario, pero no suena a ‘salvador de Europa’. Más bien suena a la vieja clase ilustrada, por lo menos con bombillas de 220 voltios, que resumía el catedrático Javier Paredes el pasado domingo, en estas pantallas.