Tiene gracia que una empresa que se dirige desde Roma y que han vaciado los italianos, se preocupe ahora por su españolidad. Tal vez el cambio se deba a que en la sede de la calle Ribera del Loira, en Madrid (en la imagen), sobran los huecos que dejaron los que se marcharon a Roma. Es broma; lo que cambia Endesa es sólo la sede social de su distribuidora eléctrica. Lo que tiene gracia es que los italianos de Enel, después de vaciar Endesa, se preocupen ahora por la españolidad de la compañía. En cualquier caso, seguro que en la decisión ha tenido mucho que ver el más patriota de todos los españoles, el presiente, Borja Prado. Fíjense si es patriota que ha pretendido ser presidente de Repsol, de Telefónica y del Popular. Hispanidad redaccion@hispanidad.com