Amazon lanzó su servicio de vídeo en streaming en diciembre de 2016, un año después que su rival, Netflix. Desde entonces, la empresa de Jeff Bezos ha ido incorporando nuevos títulos a su menú, tanto de terceros como de producción propia.

Pero miren por dónde, de todas las películas y series que ofrece la empresa de Bezos, sólo hay dos de temática cristiana: una, ridícula, de hace 30 años y de mala calidad, y otra, sobre la Virgen de Guadalupe que está aceptablemente bien. Punto y final.

Entre los contenidos que ofrece Netflix, por el contrario, no están vetados los de temática cristiana. Los hay para todos los gustos y algunos, incluso, son de producción propia y de buena calidad.