Cuando estás en el poder, arriba, quieres cambiar la ley… porque en eso se basa tu poder. Cuando estás abajo bramas contra la ley porque la consideras injusta. Y todo eso es lógico, pero no lo es cuando consideras enemigo al otro, según la situación en que estés. El otro también tiene sus razones. Ahora, la alcaldesa de Barcelona, doña Ada, se ha puesto a desahuciar a pobrecitos inquilinos, menores incluidos, con la fuerza bruta de la Guardia Urbana, la policía de doña Ada. ¡Qué cosas tiene uno que ver, a mi edad! ¡Y qué cara más dura tiene esta chica! Porque claro, esto, como diría el cachondo de Joaquín Leguina es como si el cura del pueblo fuera el dueño del puticlub. Hispanidad redaccion@hispanidad.com